Siguiendo el mismo estilo cursi de Mendívil de escribir en forma de "cartitas" cursis los textos que publica, reproduzco aquí el correo electrónico que le envié con relación al rumor difundido por él (y confirmado por nadie) sobre la salud del Peje.
Señor Mendívil:
Desde que publicó por primera vez en su espacio de Crónica la información nunca confirmada sobre la presunta diabetes de Andrés Manuel López Obrador, ha estado usted muy pendiente de las reacciones que ese rumor ha generado. Lo digo porque hoy dedica toda su columna a comentar la respuesta que el director editorial de SDP Noticias, Víctor Hernández, publica. En ella, el sr. Hernández comenta una vez más que confirmó con el Gobierno Legítimo (algo que usted no hizo) si la información era cierta, y el GL dio una respuesta clara y puntual sobre el tema.
Usted parece divertirse poniendo en duda el trabajo periodístico de Hernández, cuando las nociones más elementales de periodismo recomendarían ir al fondo del asunto en vez de quedarse en el lavadero barato y el "calumnia, que algo queda". Si Hernández o el Gobierno Legítimo mienten, como usted venenosamente desliza, ¿no debería evidenciar usted esa mentira? Sus fuentes son, supongo, de toda su confianza. ¿Por qué no acude a ellas y les pide más información? Seguramente le pueden proporcionar el dato de contacto de alguien que sí pueda confirmar el rumor con el que se lo chamaquearon.
Veo que es usted selectivo hasta para enterarse de las reacciones que sus mentiras generan. Lo demuestra hablando de los comentarios donde los lectores de SDP lo "tundieron de lo lindo", pero transcribiendo únicamente el comentario más vulgar, más pedestre, más corriente que pudo encontrar en "apoyo" de sus mentiras. Es notorio que usted sólo está divirtiéndose perversamente con su creación mentirosa, pero recuerde que asimismo está, con esos desplantes, fijando el nivel del debate. En otras palabras, el que se ríe, se lleva (para usar también, en séntido homenaje a las citas citables de sus textos cursis, un refrán popular como remate).
Como usted no tiene Twitter (no sé si sepa a qué me refiero, pero dejémoslo en que no participa en redes sociales), no pudo leer mi propia respuesta a su texto plagado de falsedades. Se lo comparto aquí, por correo, con la esperanza de que no le de flojera leerlo completo, aunque el mio no salga publicado en su columna chacotera y de cebollazos mutuos con Ricardo Alemán. A los dos, habida cuenta que fueron los únicos que comentaron el rumor, los llamé Mentirosos Azucarados.
Espero, señor Mendívil, que la próxima vez que quiera soltar un rumor sobre Andrés Manuel (vendrán muchos más, lo sabemos y estamos preparados), se tome la molestia de armar mejor su caso. Hasta un tipo sin estudios de periodismo como su servidor, lo deja en ridículo.
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