miércoles, 23 de julio de 2014

Javier Lozano: apuestas, tuits y nalguitas

En las discusiones sobre las leyes secundarias de la reforma energética, los mexicanos interesados en el tema hemos podido seguir por el Canal del Congreso las sesiones en el Senado de la República, donde los legisladores de izquierda han pregonado en el desierto denunciando el atraco que el gobierno de Peña Nieto comete para beneficiar a empresarios extranjeros, mientras los legisladores del PRI y el PAN suben a tribuna para mentir, engañar y hacer gala de cinismo, o de plano brillan por su ausencia.

Uno de los más nefastos sujetos que ha pisado el Senado es Javier Lozano Alarcón, el priísta luego travestido en panista que fue secretario del Trabajo en el sexenio de Felipe Calderón, puesto desde donde se encargó de liquidar a Mexicana de Aviación y Luz y Fuerza del Centro. Lleva Lozano en su haber miles de desempleados de los que no sólo no se arrepiente, sino se enorgullece: así de cínico es.

Lozano, apodado "Mr. Cero Participaciones" porque no se atrevió a subir a tribuna una sola vez durante las discusiones de los cuatro dictámenes, tuvo la ocurrencia de subir hoy lunes, último día de discusión; y lo hizo no para explicar las supuestas bondades de las leyes secundarias, ni para argumentar el sentido de su voto. Subió a tribuna a pelear, a amenazar, a escupir una sarta de pendejadas, todo porque no le gustó que senadores del PRD lo increparan y le reclamaran precisamente eso: que se ha dedicado a todo menos a legislar.

Javier Lozano presume de ser "muy activo" en la red social Twitter. Tanto, que durante las sesiones donde los mexicanos le pagamos PARA QUE TRABAJE, se la pasa tuiteando comentarios sarcásticos, ofensivos y discriminatorios contra los senadores del PRD (sus blancos favoritos), pero también contra otros personajes con los que tiene alguna discrepancia. El desprecio de Lozano al cargo que desempeña se entiende: no es un cargo que se haya ganado, NINGÚN MEXICANO VOTÓ POR ÉL para ser senador. Compitió y perdió estrepitosamente (algo así como por 3 a 1; en Puebla le dicen "el Simpatías" a este higadito), pero como sus patrones (el duopolio televisivo) estaban sumamente interesados en tener a un capataz que vigilara sus intereses en el Congreso, lo hicieron senador a huevo, metiéndolo en la lista plurinominal.

El Mandril en tribuna

Bueno, pues luego de que el senador perredista por Chiapas Zoé Robledo exhibiera a Lozano como un MENTIROSO al decir que ÉL en SU dictamen había propuesto eliminar cobros de larga distancia telefónica (lo que NO es cierto porque si bien lo mencionó, nunca le puso fecha), Javier Lozano enloqueció, congestionada la cara, rojo el semblante, exigió el uso de la palabra "para alusiones personales" y desde la tribuna senatorial tuvo el descaro de lanzar una "apuesta" al perredista: "el que mienta pide licencia y se va del Senado".

Ese es Javier Lozano Alarcón: un sujeto que desprecia las instituciones democráticas; que compara al Senado de la República con un vulgar casino; que tiene el descaro y el cinismo de APOSTAR un escaño, demostrando así el verdadero valor que para él tiene el pueblo de México, de quien se dice "representante" (aunque, insistimos, a nadie representa). ¿Considera Lozano que una senaduría es algo que se puede apostar como se apuesta dinero? ¿Este hombre enloquecido, rabioso, fuera de sí, pretende ser gobernador de Puebla o, peor aún, presidente de México?

Burlón y patán

Un mandril rabioso como Lozano Alarcón no tendría viabilidad política en países avanzados y verdaderamente democráticos; por desgracia en el caso de México la regla para ascender en polítíca parece ser: entre más patanes e hijoeputas, mejor.

Pero tiene Lozano su "lado amoroso": luego de un fallido matrimonio con la empleada de Televisa, Silvana Ponzanelli, de quien se divorció recientemente, a Javier Lozano se le ha relacionado con una novel periodista de negocios del periódico Reforma. Lourdes Mendoza se llama, nos aseguran, la atractiva mujer que "le ha robado" el corazón a este hombre acostumbrado a imponer, avasallar, madrear y apabullar. Nos dicen que es un clásico caso de machetazo a caballo de espadas: le roban (el corazón) a quien está acostumbrado a robar (del erario).

Lourdes Mendoza (@lumendo en Twitter) es un curioso caso de una periodista militante: cuando debería, como columnista de negocios, mantener una postura imparcial y objetiva en torno al debate energético, se la pasa retuiteando las ocurrencias del senador Lozano, repitiendo las mismas burlas estúpidas de su quelite hacia los perredistas, y en pocas palabras apoyando hasta la ignominia a su puchungo, dejando el prestigio del diario Reforma por los suelos... ¿Le daría toloache el senador pipope?

Así transcurre la vida del senador tuitero, de Mr. Cero Participaciones, del simio drogado que a las primeras de cambio se avienta a buscar camorra, a insultar, a amenazar (no muerde porque no puede); entre apuestas, tuits y nalguitas, se la lleva campechanamente este sujeto nefasto para la vida pública del país.

¿Qué opinarán los poblanos de su "ilustre representante"?

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