El que mucho se despide... y los que se quedan

En el espacio donde diariamente publica una columna de opinión en SDP Noticias, el periodista Federico Arreola dio a conocer hoy lunes su “Despedida” de este medio informativo (http://bit.ly/bnxSGh). De acuerdo con Arreola, las nuevas tareas que le demanda su participación en la fundación Encuentro, A.C., le impedirán tener cualquier tipo de injerencia administrativa o editorial en los medios que hasta hoy dirige.

Se nos va Arreola, pues. De El Chamuco y de SDP. ¿Se nos va?

Apenas hecho el anuncio, se desencadenó todo tipo de reacciones, particularmente en Twitter, donde FA participa con una intensidad que raya en lo obsesivo-compulsivo. Buena parte de sus miles de seguidores, y otra buena parte de sus miles de detractores, aventuraron cualquier cantidad de hipótesis y teorías al respecto.

Por un lado, los porros panistas que llevan 5 años dando por “muerto y enterrado” a AMLO y 3 años augurando el “inminente fin” de SDP, baten palmas en forma histérica, como monos drogados, festejando que Arreola “ya dejó colgado de la brocha” al equipo original de El Sendero del Peje, con el que se asoció para crear SDP Noticias. “Era previsible”, “lo veíamos venir”, “¡se acabó SDP!”, y estupideces similares se pueden leer de parte de algunos de estos subnormales que, en verdadero extasis de thinner, afirman que “triunfaron” porque “acabamos con el Sendero”.

No perderé tiempo diseccionando las patéticas vidas de perdedores que cifran su éxito en lo que hace un medio informativo que ni los pela porque tienen menos peso específico que una pelusa de ombligo. Pero sí diré que se equivocan rotundamente quienes afirman que la salida de Arreola es “el fin de SDP”. Por una sencilla razón: NO HAY TAL “despedida”. Sólo alguien muy ingenuo puede creer que Arreola dice la verdad cuando decide dejar de participar en la conducción editorial y administrativa de un medio que le pertenece de cabo a rabo.

Pero empecemos por el principio.

Varios meses antes de la elección presidencial de 2006, Federico dejó la dirección de Milenio Diario, que él fundó y dirigía, y sólo conservó su espacio diario en donde escribía sus impresiones de la campaña lopezobradorista, en la que participaba. Argumentó que lo hizo en aras de un afán de imparcialidad y de congruencia periodística, ya que no habría sido éticamente correcto que el director del diario tuviera una posición abiertamente militante a favor de uno de los candidatos de entonces.

Resultó que consumado el fraude electoral, a los nuevos directivos de Milenio ya no les pareció conveniente tener entre sus columnistas a Arreola, a quien despidieron.

Pase lo que pase con esta segunda edición de la campaña presidencial de AMLO, es decir, gane o no en 2012, nadie terminará despidiendo a Federico Arreola de SDP Noticias, porque no se puede despedir al dueño. Mientras en Milenio Arreola tenía solo una parte mínima de la propiedad de la empresa, en SDP no se mueve una hoja de árbol y no se eroga un sólo peso si no es con el beneplácito de este poderoso socio de la empresa, cuya “asociación” con el Sendero consitió en inyectarle recursos y hacerlo crecer, a cambio de la “marca”, sin duda el único y más valioso activo con que alguna vez contó el blog.

Fue un excelente negocio para Federico Arreola invertirle al Sendero del Peje. Lo fue porque a partir de eso hizo con él lo que quiso; desde cambiarle el nombre hasta descafeinarlo. Fue un pingüe negocio porque en ningún otro medio le habrían permitido entrar de cero e invertir al punto de cederle el mando y la potestad de decidir quién escribe y quién no, quién se anuncia y quién no, y qué se publica y qué no.

Sería absolutamente deshonesto no admitir que para el Sendero también resultó un negocio atractivo. Con Arreola llegó el “gran salto”, llegó la proyección, las relaciones, los contactos, y sí, también llegó el dinero, inexistente antes de FA porque nadie cobraba un peso por colaborar.

No voy a entrarle al tema de si al final el negocio resultó productivo para ambas partes o sólo para una. Cada quien juzgue y saque sus conclusiones. A lo que voy es que, luego de tanto dinero invertido, tanto esfuerzo realizado, no tan fácilmente Arreola se desligará de un medio que, tal como lo conocemos hoy, es creación suya. Pero entonces ¿qué viene?

Muy probablemente las cuestiones administrativas de SDP Noticias queden en manos de su hijo Federico, desde hace tiempo metido de lleno en esta área del negocio. Desconozco si esa sea una buena o mala decisión, ya que nunca me tocó colaborar con él al frente. Pero leo con verdadero pavor en el Twitter de Arreola que quien llevará ahora las cuestiones editoriales, por lo menos en lo que toca a decidir quiénes publican y quiénes no, recaerán en Natalia Colmenares, a quien de todo puede acusarse menos de ser periodista o columnista de opinión.

La señorita Colmenares llegó a SDP con la oleada de tuiteros a quienes Arreola le abrió las puertas de la sección “Columnas” para que dijeran de su ronco pecho lo que se les diera la gana. El resultado de esta osadía fue variopinto: si bien con esa apertura la sección de opinión de SDP se allegó nuevos talentos, es un hecho que la mayoría de los flamantes “columnistas” usan su espacio para tuitear en veinte mil caracteres lo que no pueden expresar ni en 140. Desde mi punto de vista, permitirle escribir hasta a Juan de las Pitas trajo como consecuencia la degradación de la otrora respetada sección editorial de SDP.

Pero de entre todos los tuiteros venidos a columnistas, la señorita Colmenares es sin duda uno de los casos más paradigmáticos de cómo no basta con tener una opinión sobre cualquier tema para ser un columnista, y de que las buenas intenciones y las ganitas no alcanzan para suplir las carencias no sólo ideológicas sino hasta gramaticales.

En la colección de perlas que la señorita Colmenares ha tenido oportunidad de publicar desde que el único requisito para ser columnista de SDP es saber encender una computadora, destaco una: su encendida apología del des-gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, a quien la columnista wannabe ve como un “gobernante eficaz” e incluso como un contendiente serio a la presidencia de la república, obviando los múltiples señalamientos de sus relaciones peligrosas con el crimen organizado. No se puede aspirar a ser un editorialista serio si se prefiere asumir el papel de reportero de TV Notas.

Se va pues Arreola, y se quedan al frente, por lo menos de membrete, dos personas a quienes desde ya puede augurárseles resultados diametramente opuestos: Federico Arreola hijo tiene formación administrativa y financiera, incluido un posgrado en el extranjero, y si heredó del papá el toque de Midas para el dinero y los negocios, no le esperan tiempos aciagos a SDP. En la parte editorial, lo más probable es que la señorita Colmenares termine siendo un membrete del propio Arreola, porque cuesta trabajo pensar que alguien tan astuto no conozca y aquilate las limitaciones de su estrella en ascenso.

Así que, para desgracia de muchos que ya celebraban con bombo y platillo que con la supuesta salida de Federico Arreola el SDP “se iría a pique”, lamento decepcionarlos. No hay tal salida. No se puede renunciar a ser dueño.

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