sábado, 2 de enero de 2010

Meixco es una basura

Tuve una pesadilla en la madrugada de hoy. Yo creo que fue la cena de Año Nuevo, abundante en grasas y carbohidratos, la que me cayó de peso y me provocó las alucinaciones nocturnas. ¡No vuelvo a cenar tanto!

Soñé que vivía yo en un país imaginario, llamado Meixco. En ese país, sus habitantes viven en permanente estado de indefensión unos de otros. Sí, como lo leen: los meixcanos se la pasaban, en mi sueño, viendo la manera de chingarse los unos a los otros. En mi desvarío nocturno, siempre había un meixcano metiéndose en una fila a la mala, rebasando por la derecha, dando vuelta en lugar prohibido, o quedándose con el cambio en alguna transacción comercial. Esos pinches meixcanos tan gandallas que no vacilaban en mentarse la madre en el tránsito pero se abrazaban y se babeaban el hocico unos a otros cuando, ya pedos, se juraban "amistad", por una tal "virgencita" a la que ponían como testigo de sus mamarrachadas.

Los pinches meixcanos de porquería de mi sueño, tiraban la pinche basura, como cerdos que eran, en plena calle. Me tocó ver en mi delirio onírico una ñora desenvolviendo un chocolate y arrojando la envoltura a la vía pública, y un marrano tragando una hamburguesa y deshaciéndose de la cebolla en plena calle. Esos mismos meixcanos de mi sueño tenían el frente de su casa hecho un muladar, porque nunca lo barrían. ¿Para qué? Si nunca faltaría un pinche meixcano de mierda que le dejaría basura frente a su casa.

Los gobernantes meixcanos que soñé, en cualquier otro sitio del planeta hace mucho que los ciudadanos conscientes los habrían fusilado o colgado de los huevos. Esas pinches autoridades que imaginé en mi sueño, se la pasaban expoliando a sus gobernados, viendo nada más la manera de esculcarles los bolsillos con impuestos absurdos y que siempre terminaban en cuentas bancarias particulares de los supuestos representates del pueblo. No mamen, esa pinche mafia meixcana tenía sólo una cosa más grande que sus uñas: su cinismo. Hubieran visto en mi sueño: los políticos meixcanos anunciaban con bombo y platillo una nueva tanda de aumentos en cascada de todos los productos y servicios, y lo hacían con su pinche cara de "salvadores de la Patria" y todavía esperando que el pueblo los aplaudiera por su "patriotismo" y su "visión de estado". Había incluso un pinche sapito meixcano tan atildadito que parecía marica, pero con look de mafioso italiano y con bigotito de Capulina. Ese pendejo todavía quería que el pueblo de ese país llamado Meixco votara por su partido, quesque porque "defendía los intereses de los meixcanos". ¡No mamar!

Pero lo que peor me cayó fue ver, en mi sueño, que nada de lo anterior era motivo suficiente para sacudir las conciencias de los ciudadanos meixcanos, completamente aturdidos y narcotizados por la Gran Idiotizadora Nacional, una pinche mafia de la comunicación cuya única misión en el país era tener a todos los meixcanos como putos borregos masoquistas, aplaudiendo a putas y putos a los que llaman "estrellas" o "luminarias", babeando por ver, semana tras semana, a dos oncenas de pendejos persiguiendo una pelota y ganando sueldos insultantes por hacerle a la mamada mientras el pueblo se moría de hambre, pero aplaudía a rabiar y aullaba de manera delirante con cada "gol". Con abundante circo, la Gran Idiotizadora se encargaba de mantener en permanente estado de drogadicción emocional a la pendejiza meixcana. Por eso nunca de los nuncas despertaron y nunca de los nuncas pudieron aspirar a vivir como algo más que las lombricitas conformistas y masoquistas que fueron, en mi sueño, por los siglos de los siglos...

Afortunadamente desperté por ahí de las 9 de la mañana, con el firme propósito de no volver a cenar tan pesado, y con el agradecimiento a la vida por no tener que vivir en semejante letrina llamada Meixco...

3 comentarios:

Madres... estuvo cabrona tu pesadilla... lástima que envidie a los meixcanos... porque nosotros los mexicanos la tenemos todavía peor con tanta pinche apatía que hay... por eso ¡es un honor estar con Obrador!

Kulerisima esa pesadilla, solo te falto mencionar a un panzon aspiracional defendiendo las patadas en el culo que sus gobernantes le dan y sus gemidos de satisfacción. Quizás fue una visión al estilo Fatima pero de una PANdemia próxima para los Meixcanos.

¡No manches Renegado, creo que cenamos de lo mismo, pero creo que yo me atasqué de más, siquiera tu despertaste a las 9, pero yo desperté a las 10 y la pesadilla continuó, en Meixco teníamos a un pendejo como presidente, que hacía las cosas con las patas, que orgulloso decía: "yo soy el presidente de Meixco aiga sido como aiga sido, y soy el salvador de la humanidad, y voy ganandole la guerra al narco, y éste es el Meixco ganador", ¡puta madre!, cuando desperté, hasta los gumaros se me habían escondido.