En octubre de 2009, cuando aún colaboraba en el portal SDP Noticias de Federico Arreola, publiqué este texto, el único que me censuraron sin previo aviso. "Es ofensivo", me dijeron. Se podían enojar con Arreola los periodistas cacas-grandes de este país. A nadie se le ocurrió que esos mismos periodistas tan delicaditos ofenden todos los días a los mexicanos escupiendo mentiras, difamando, ocultando información, vendiéndose al poder. Por eso los llamé putas, verdaderos textoservidores sin dignidad. Al final mi artículo fue "bajado"de la página de SDP.
En su quinto aniversario, lo rescato para comprobar que sigue tan vigente como entonces.
TRIVIA: Pueden ustedes identificar a todos los periodistas a los que aludo en el texto?
Putas Milenarias
Aprovechando que los agarro juntitos: chinguen a su madre! |
Hace unos días Federico Arreola publicó aquí en SDP una columna titulada: "El PRD actual es la puta de la política", en donde describe por qué, a su juicio, el partido del sol azteca regenteado hoy por los chuchos recuerda a una mesalina barata. Coincido en lo fundamental con el punto de vista de Arreola, aunque para ser sincero tal calificativo aplicado a ese remedo de políticos que son los grillos de Nueva Izquierda, le viene también como anillo al dedo a cierto sector del mal llamado periodismo mexicano, que al igual que las putas baratas, viven de la cohabitación de alquiler, en este caso prostituyendo su pluma y sus despojos de ética.
Los periodistas y columnistas-basura de dos diarios mexicanos y uno que otro programa de televisión se dedicaron esta semana a propalar una mentira. Ambas casas de citas en versión impresa dieron gran cobertura a unos zapatos tenis. Dándose golpes de pecho y rasgándose las vestiduras al estilo María Magdalena, la bíblica puta símbolo de la pecadora arrepentida, se quejaban de los tenis "de once mil pesos", de la supuesta "corrupción" que ello probaba (no se tomaron la molestia de explicar por qué acusaban de corrupción a alguien que no es funcionario público; después de todo, ¿desde cuándo las putas dan explicaciones a sus clientes?), y de la "incongruencia" que los tenis supuestamente carísimos representaban frente a la austeridad enarbolada por el principal político de este país. Hipócritas putas pinochetistas, que mienten sobre el costo de los tenis (no once mil, sino poco más de mil pesos) y nada dicen de los privilegios y lujos, esos sí de escándalo, de los políticos tradicionales del PRI y el PAN, en especial los lujos faraónicos en los que vive, producto de toda una vida política de putería, la Puta Mayor, la Feladora Zoofílica (Chupa cabras), hoy convertida en Madrota de copetonas aspirantes a putillas y de morenazas y costeñas putas que suspiran con ser la encueratriz estelar.
Como las estoicas putas que de mala gana soportan sin decir una palabra el hedor y el aliento agrio del cliente en turno a cambio de unos cuantos pesos, estas putas coñosurianas callan acerca de la afición de ciertos secretarios de Estado por los buenos vinos importados y la alta relojería, pasatiempos éstos en los que gastan sin duda mucho más de los imaginarios once mil pesos de los tenis mencionados. Mienten de manera descarada las putas chilenas, todas ellas muy sagaces y sin duda ambiciosas (¿qué puta no lo es?).
Así como las putas han hecho del cariño fingido una mercancía desde tiempos inmemoriales, hay putas del periodismo cuya divisa es el cinismo y la mentira, los cuales intercambian por favores diversos, en una tradición Milenaria. Putas que se pierden en la inmundicia del vicio y los excesos, que si corren con suerte contarán con la protección de algún cliente poderoso, quizá un presidente o ex presidente que correrá presuroso a rescatarlas del pantano de mierda y cocaína en que transcurren sus días de putería en cualquier hotelucho de Tijuana. Putas que viven constantemente amenazadas por el padrote, que las chantejea con revelar los inconfesables tratos de la puta con algún capo, quizá argentino, tratos de cuya existencia dan cuenta algunos videos y la agenda personal del capo, en donde aparecen los datos personales de la puta, para lo que se ofrezca. Mujerzuelas que, luego de toda una vida de putear, coronan su trayectoria labrada con el sudor de su putería, estrenando departamentos de cinco millones de dólares en zonas exclusivas de la ciudad, como para convencerse a sí mismas con tanto lujo de que son respetables señoras de sociedad y no unas miserables putas. Amplio es el espectro de putas que anidan en un congal determinado, siempre al cobijo de la Jefa, la Directora, la Madrota en turno, así sea ésta una putita vieja, floja de carnes, de diminuta estatura y contrahecha (a veces también es pelona y gusta de ser llamada Señora Directora, aunque no pase de ser una bufonesca y patética puta).
Están también las putas viejas y ajadas, que a falta de clientes se reúnen alrededor de una mesa a discutir entre ellas y a destrozar reputaciones ajenas con sus chismes y mentiras. Putas yermas, estériles, muertas por dentro, la carne seca, la bolsa llena. Putas alharaquientas que adjetivan sin cesar, usando mil y un sinónimos para adornar sus chismes de putas. Putillas baratas de aspecto cómico que vociferan gracejadas cual payaso de barrio. Putas de las otras, porque también hay oferta de carne alquilada para el sector femenino que gusta de su propio sexo. Putas y más putas, que al fin es lo que abunda en estos tiempos de putería.
Putas que enloquecieron, que perdieron la Razón. Putas Milenarias. Putas que van por su Tercer Legrado. De todo tipo de putas hay también en el periodismo mexicano.
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