Se cumplieron ayer 20 días de que el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Andrés Manuel López Obrador, sufriera un infarto al miocardio, que lo puso prácticamente fuera de circulación en los momentos más álgidos del debate sobre la reforma energética.
Veinte días en que los seguidores del tabasqueño han tenido que aprender a "vivir sin AMLO", como lo expresara socarronamente un simpatizante de Morena oriundo de Michoacán, pues "a la mera hora nos dejó solos", refiriéndose a la anunciada lucha en defensa del petróleo que López Obrador había advertido sería "la madre de todas las batallas" de la resistencia civil que presuntamente encabeza.
"Lo amenazaron", afirman algunos. "Le dijeron que se estuviera quieto o se atuviera a las consecuencias. Con las grandes petroleras internacionales no se juega". Tal afirman los que saben (o afirman saber) de los entretelones y juegos de poder del gran capital. "Le llegaron al precio", declaran convencidos otros. "Nadie resiste un cañonazo de muchos millones de dólares", se jactan de saber aquellos que suponen que todo el mundo es tan arrastrado y poco digno como ellos. En el fondo, quienes aseguran que AMLO se vendió no solo dejan ver que conocen poco al tabasqueño, sino que se exhiben a sí mismos como gusanos sin dignidad., que no dudarían en venderse ellos si pudieran.
Otros más creen que la respuesta a la desaparicion de López Obrador está en algún punto intermedio entre las dos hipótesis previas: "entendió que la defensa del petróleo era una lucha perdida, y que en este momento nada podría frenar la reforma energética", me aseguró una fuente. "En vez de desgastar al movimiento en cercos y bloqueos que nada lograrían, está reagrupando fuerzas, para dar la pelea con todo en 2014. Primero, conseguir el registro de Morena como partido político; luego, la toma del poder escalonada, por la vía electoral". Es decir, justo lo que AMLO siempre ha pregonado: jugar al juego donde las reglas las dictan los que hoy están encaramados en el poder y no están dispuestos a soltarlo. Dos veces lo ha intentado, y en ambas ocasiones el pueblo le quedó corto al líder: no fue capaz de frenar la imposición de la élite.
¿Cuándo reaparecerá López Obrador? Siguiendo la lógica de la fuente consultada, podríamos esperar tener noticias suyas en los primeros días de enero del próximo año. Entonces veremos de nuevo al Peje muy activo, recorriendo el país para continuar la conformación de Morena. Y empezando por adelantado, como ya es costumbre en él, una nueva campaña presidencial. En su caso, la tercera. ¿La vencida?
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