Y es que los rumores de drásticas modificaciones al contrato colectivo de trabajo entre Pemex y el sindicato petrolero están a la orden del día. De acuerdo con información que circula de forma interna en la empresa, el "nuevo esquema de pensiones" que se propone para Petróleos Mexicanos afectaría no sólo a los trabajadores de nuevo ingreso, sino a los que actualmente laboran en la paraestatal, e incluso a los jubilados.
Cabe mencionar que la revisión del contrato colectivo de trabajo comenzó el pasado 17 de junio, y desde el principio las negociaciones se hicieron en lo oscurito, lo que generó suspicacias y rumores de que el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, dirigido por Carlos Romero Deschamps, avalaría medidas que afectarán a los trabajadores.
Romero Deschamps: ¿qué esconde? |
A través de mensajes de correo electrónico (marcados como "confidencial") circulan los lineamientos propuestos para modificar el contrato colectivo, entre los que destacan la cancelación del servicio médico y la reducción del monto de las pensiones, que pasarían del 85 al 50% de los ingresos promedio de un trabajador activo.
El documento al que Blog RL tuvo acceso detalla: "Para una pensión al 100% en las condiciones actuales del CCTV (Contrato Colectivo de Trabajo en Vigor), el (trabajador) activo se lleva cerca del 85% de sus ingresos en promedio y debe reunir como mínimo 55 años de edad y 30 de servicio; en el nuevo esquema se pensionará con el 50% aproximadamente, cotizando 35 años como mínimo y debiendo tener 65 años de edad, bajo el esquema de cuentas individuales como ocurre actualmente con el personal del ISSSTE".
Con este esquema de pensiones, Pemex deja de ser responsable de pagar pensiones a 125,000 empleados de planta y 45,000 transitorios, así como aquellos que se incorporen en el futuro. Serán los propios trabajadores los que aporten el 10% de su salario actual (incluyendo prestaciones) para constituir su fondo para el retiro. El gobierno federal y Pemex como patrón "complementarán" dichas aportaciones.
Las viudas, a la deriva
Otro punto que ha casuado controversia y zozobra entre los trabajadores es el relativo a las pensiones post mortem, es decir, aquellas que Pemex paga a las viudas de los trabajadores activos o jubilados que fallecen. Con el nuevo esquema que pretende imponer la paraestatal, estas pensiones ya no serán vitalicias, sino que se fijará un plazo máximo de tres años y luego dejarán de pagarse; además, se les cancela el servicio médico. Las viudas están pues, condenadas al desamparo económico después de tres años del fallecimiento del trabajador.
Sin antigüedad, sin jubilación
Quizá una de las modificaciones más perniciosas para los derechos de los trabajadores es la relativa a la antigüedad laboral de quienes no son empleados de planta, sino transitorios o eventuales. Establece la propuesta que "para los (trabajadores) transitorios ya no se acumula su antigüedad para computar sus años de servicio; sólo se computará a partir de que se hagan de planta" (lo que puede no ocurrir nunca. Nota de la Redacción).
A los jubilados también los afectan
Por si las modificaciones a las prestaciones de los trabajadores activos no fueran suficientes, y en abierta violación no sólo de la Ley Federal del Trabajo sino de los principios generales del Derecho, la empresa y el sindicato pretenden afectar también a los trabajadores jubilados. Esto contraviene el principio jurídico de que ninguna ley puede tener efectos retroactivos, pero poco le importa a Romero Deschamps y a sus huestes: no en balde las negociaciones entre empresa y sindicato son información reservada por un año (¿miedito?).
¿Cómo se afecta a los jubilados en el "nuevo esquema de pensiones" que propone la paraestatal? Para empezar, la actualización de sus pensiones ya no será conforme al incremento salarial que se otorgue a los trabajadores activos, sino que se indexará al Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), lo cual lo único que garantiza es que la inflación hará polvo las pensiones de los jubilados.
Pero como dijera el clásico: aun hay más; las prestaciones en especie que hoy disfrutan, como gas y gasolina, serán canceladas o en el mejor de los casos expresadas en una cantidad fija de dinero, para ya no incorporar los incrementos en el precio público de estos combustibles. Así, si un trabajador recibe actualmente $1,200 pesos mensuales por concepto de pago de gasolina, cantidad que le permite comprar 100 litros de la misma, con el nuevo esquema seguirá recibiendo 1,200 pesos... aunque la gasolina suba de precio cada mes. Al cabo de un tiempo, los 1,200 pesos le servirán para comprar... ¿5, 10, 15 litros?
Por último, también los trabajadores jubilados deberán acudir al ISSSTE para recibir atención médica.
Romero Deschamps, traidor a los trabajadores
Todas estas modificaciones que cercenan el contrato colectivo de trabajo y perjudican a los empleados de Pemex no serían posibles sin la complicidad de los dirigentes del sindicato petrolero. Atrás quedaron los tiempos en que el STPRM defendía los intereses de los trabajadores; hoy a su líder, Romero Deschamps, verdadero sultán región 4, sólo le interesa mantener su vida de lujos y privilegios, de riqueza insultante de la que sus hijos hacen gala grotesca en las redes sociales, mientras los trabajadores de Pemex ven sus derechos laborales pisoteados por un gobierno entreguista, al que le urge vender lo que queda de la industria petrolera. ¿Es esta mutilación del contrato colectivo, el "precio" que paga Romero Deschamps por gozar de impunidad y no correr la misma suerte que Elba Esther Gordillo?
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