Y cuando despertamos... el PRInosaurio todavía seguía ahí.
Bueno, en este caso con su "nene consentido"... Peña Nieto. Muy jovenzuelo, muy jovenzuelo, pero no deja de ser dino.
Y cuando despertamos... el PRInosaurio todavía seguía ahí.
Bueno, en este caso con su "nene consentido"... Peña Nieto. Muy jovenzuelo, muy jovenzuelo, pero no deja de ser dino.
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